Es de público conocimiento que en
esta Subsecretaría, en el mes de julio del 2012, se han producido ocho despidos
y que uno de los argumentos esgrimidos por las/os funcionarias/os para
justificar esos despidos fue la necesidad de reestructuración. Sin embargo, la Ley a partir de la cual se
crea la Subsecretaría ,
enuncia que “es deber del Estado para con los niños, asegurar con absoluta prioridad la realización de
sus derechos sin discriminación alguna” (Art. 6), y exige la “asignación privilegiada de recursos
públicos en las áreas relacionadas con la promoción y protección de la
niñez; preferencia en la formulación y ejecución de las políticas sociales
públicas; preferencia de atención en los servicios esenciales” (Art. 7). Por
consiguiente, ni la falta de recursos, ni ninguna necesidad que exceda el área
de niñez pueden constituir argumentos para reducir el área y retroceder en la
prestación del servicio que desde la Subsecretaría se venía otorgando a miles de
niños/as y adolescentes de Quilmes.
Por este motivo, los/as
trabajadores/as del área de Restitución de Derechos de la Subsecretaría (área
en la que se produjeron los ocho despidos), es que consideramos que se está
poniendo en marcha un proceso de desmantelamiento
de la política de niñez en Quilmes, cuyos detalles desarrollaremos a continuación.
Hasta el mes
de Julio del 2012, el Equipo de Restitución de Derechos de la Subsecretaría , se
encontraba conformado de la siguiente manera: trece equipos técnicos, formados,
cada uno de ellos, por un trabajador social, un psicólogo y dos educadores en
ciudadanía; y una Dirección Jurídica integrada por abogadas.
- Tres de los equipos
técnicos, eran equipos de Emergencia, es decir, equipos que atendían
situaciones de extrema vulneración de derechos y que requerían una intervención
inmediata, muchas de las veces, en el mismo día.
- Siete de los equipos,
eran equipos de Seguimiento, que se distribuían las situaciones por zona, y
atendían situaciones de distintos niveles de gravedad.
- Existía un equipo de Documentación,
que se encargaba de gestionar todo lo atinente a la documentación de niño/as y sus
familias, así como también, de garantizar el acceso a programas y planes
sociales que les correspondían a las personas con las que trabajamos.
- Había un equipo de
Familia, que trabajaba con niños expuestos a violencia de género. La
importancia de este equipo reside en que, si bien el Municipio de Quilmes
cuenta con un área que trabaja con mujeres víctimas de violencia de género, no
existe ningún equipo que trabaje con los hijos de estas mujeres, víctimas de la
misma violencia.
Respecto a estos últimos
dos equipos, resulta fundamental señalar que las situaciones con las que
trabajan tienen su especificidad, por lo que el correcto abordaje de cada una
de ellas, requiere conocimientos acordes a esa especificidad, tanto de
instituciones con las que articular, como de trámites a realizar y,
principalmente en el caso del equipo de Familia, conocimiento acerca de la
particularidad de la problemática de violencia de género.
- Existe el equipo de
Punto de Encuentro, encargado de recibir las situaciones nuevas, hacer las
primeras entrevistas, asesorar a las familias acerca de las primeras acciones a
tomar y llevar a cabo las primeras gestiones que conforman la estrategia de
intervención.
Luego de la
reestructuración formulada en julio del 2012, el Equipo de Restitución, pasó de
estar formado por trece equipos, a estar formado por nueve equipos.
Algunos de
estos equipos ya no se encuentran conformados interdisciplinariamente, sino que
existen equipos integrados sólo por trabajadores/as sociales, o sólo por
psicólogos/as. Cabe aclarar que la
Ley 13.298, en su Art. 20, exige la mentada interdisciplina
en los equipos, por lo que la nueva conformación, incumple la ley.
Por otra
parte, ya no existen más ni el equipo de Documentación, ni el equipo de Familia,
por lo que las situaciones que previamente trabajaban estos equipos (cuya
especificidad fue resaltada previamente) de ahora en más, serán abordadas por
cualquiera de los nueve equipos existentes en la actualidad, que no cuentan con
los conocimientos específicos que esas situaciones requieren para un mejor
abordaje.
Asimismo,
después de la reestructuración, las situaciones ya no se distribuyen a los
equipos por zona. Esta nueva/vieja práctica, va en desmedro de la calidad de
intervención, puesto que el hecho de que las situaciones se asignaran por zona
hallaba su fundamento en el anclaje que cada equipo podía tener en la zona en
la que le tocaba trabajar; a saber, conocimiento del barrio, de las
instituciones, organizaciones y recursos con los que cuenta cada comunidad, así
como también el contacto cotidiano de cada equipo con esas instituciones y
referentes barriales. Al no asignarse las situaciones por zona, ese
conocimiento de la comunidad y sus recursos que, finalmente redunda en una
mejor calidad de atención, queda perdido y se dificulta que el equipo
interviniente pueda brindar respuestas comunitarias a cada situación y garantizar
a los/as niños/as y familias con las que trabaja “el acceso a programas y
planes existentes en su comunidad”, como lo exige el Art. 18 de la Ley 13.298.
Por otra
parte, actualmente tampoco existe más la distinción entre equipos de
seguimiento y equipos de emergencia. Es sabido que, por la enorme cantidad de
situaciones que el Equipo de Restitución trabaja y los distintos niveles de
gravedad y urgencia de cada una de
ellas, los equipos no pueden (como tampoco podían antes de la reestructuración)
abordar todas las situaciones que reciben, inmediatamente al momento de
haberlas recibido. Sin embargo, la distinción entre equipos de Seguimiento y
equipos de Emergencia, permitía que las situaciones más graves y que requerían
una intervención inmediata, fueran abordadas en esa inmediatez por los equipos
de Emergencia, y las situaciones que no exigían una intervención inmediata,
también pudieran ser abordadas y trabajadas cuidadosamente.
Ahora bien,
al no existir tal distinción, lo que sucede es que cuando un equipo recibe una
situación de emergencia, se encuentre en la necesidad de postergar el abordaje
de situaciones menos urgentes, desatendiendo así a miles de niños/as y familias
que tienen sus derechos vulnerados.
Por último, también se ha modificado la orientación que
están adquiriendo las intervenciones. Uno de los principales objetivos que las
intervenciones del Equipo de Restitución tenía, más allá de garantizar el
acceso a planes o programas sociales, a tratamientos de salud o la escolaridad,
consistía en promover procesos de empoderamiento y autonomía en las familias
con las que trabajamos. Trabajar en la persecución de estos objetivos requiere
de mucho tiempo, a veces más de un año, de trabajo continuo con las familias.
Actualmente, a partir de la reestructuración, se pretende que trabajemos como
máximo 6 meses con cada situación, y luego le demos un cierre. Se pretende
restringir las intervenciones a facilitar el acceso a los planes sociales que
hay, gestionar turnos en los hospitales, solicitar medidas de protección para
los niños, solucionar problemas de documentación, y luego dar por concluida
nuestra tarea. Pero cabe la pregunta, ¿dónde quedan la construcción del vínculo
con las familias, imprescindible para generar consensos; los procesos de
fortalecimiento en los que trabajamos (sólo después de los cuales se puede
lograr autonomía); la articulación con diferentes actores institucionales y
sociales que pueden implicarse en una situación?
En este
sentido, consideramos fundamental destacar que la progresividad en el reconocimiento de derechos implica que los Estados están obligados a avanzar en el
nivel de protección de los derechos fundamentales creando nuevos y mejores
servicios a tal fin, lo que implica asimismo, prohibición de regresividad,
es decir, que no se puede retroceder en la prestación de servicios que
promueven el acceso a derechos.
Es por esto,
que no entendemos a la “reestructuración” como algo beneficioso. Que estamos
desconcertados sobre el cómo seguir. Que la subsecretaría sin los ocho
compañeros despedidos, es claramente desmantelamiento;
que la implementación de la política de infancia debe ir en claro progreso, y
lo que se hizo fue un retroceso.
Es así que,
en medio de ésta jornada, intentamos hacerles llegar una breve explicación de
por qué hablamos de desmantelamiento.
Les pedimos se tomen un tiempo para su lectura, quedando a la espera de una
opinión.
Trabajadorxs de la Subsecretaría de Infancia y Adolescencia de
Quilmes. Organizados por la reincorporación de los ocho compañerxs despedidxs,
y la exigencia de condiciones laborales dignas para todxs.
Porque… si no se garantizan los derechos de lxs trabajadorxs,
¿cómo podemos garantizar los derechos de los niños?